La pintura puede llegar a ser realista hasta el punto en que nos haga dudar si se trata verdaderamente de un cuadro o si nos encontramos frente a una simple fotografía.
El hiperrealismo es una tendencia de la pintura realista surgida en Estados Unidos a finales de los años 1960 que propone reproducir la realidad con más fidelidad y objetividad que la fotografía. A veces se confunde con el fotorrealismo que es menos radical.
El término hiperrealismo es también aplicable a la escultura y los cómics.
El hiperrealismo es una tendencia de la pintura realista surgida en Estados Unidos a finales de los años 1960 que propone reproducir la realidad con más fidelidad y objetividad que la fotografía. A veces se confunde con el fotorrealismo que es menos radical.
El término hiperrealismo es también aplicable a la escultura y los cómics.
No hay huellas de pinceladas y el artista parece estar ausente; los cuadros se cubren con una fina capa de pintura, aplicada con pistola y pincel, siendo raspada si es necesario, con una cuchilla para que no quede ningún relieve, ninguna materia.
Otras características del fotorrealismo son la exactitud en los detalles, contrastada con la irrealidad del efecto espacial y la capacidad de convertir en temas pictóricos los detalles visuales de la realidad. Estos pintores ejercen un alto grado de conceptualismo al plasmar la diferencia entre el objeto real y su imagen pintada: lo real, trasladado al lienzo mediante la cámara fotográfica, fotografiado mediante recursos pictóricos. Al utilizar la fotografía en el proceso de la realidad al cuadro, lo real queda roto y manipulado dos veces, en el cuadro y en la fotografía, de ahí el aspecto de irrealidad que diferencia el fotorrealismo del realismo tradicional.
Por ejemplo tenemos al pintor Antonio López García.
Madrid desde Torres Balncas |
Antonio López García (Tomelloso, Ciudad Real, 6 de enero de 1936) es un pintor y escultor español. Su temprana vocación por el dibujo, así como la influencia de su tío, el pintor Antonio López Torres, conformaron su decisión de dedicarse a la pintura.
En 1955, y gracias a una beca, viajó a Italia, donde conoció de primera mano la pintura italiana del Renacimiento. Sufrió así una pequeña decepción al contemplar en vivo las obras maestras que sólo conocía por reproducciones, y que hasta ese momento veneraba. Comenzó a revalorizar la pintura clásica española, que tan bien conocía, gracias a las frecuentes visitas al Museo del Prado, especialmente Diego Velázquez.
Tras terminar los estudios, realizó sus primeras exposiciones individuales en 1957 y 1961 en Madrid, mientras trabajaba tanto en esta ciudad como en la localidad que le vio nacer. En 1961 se unió en matrimonio a la también pintora María Moreno, unión de la que nacieron dos hijas: María en 1962 y Carmen en 1965. Desde este último año y hasta 1969 fue profesor encargado de la Cátedra de preparatorio de colorido en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
En 1990 el director de cine Víctor Erice filmó El sol del membrillo, filme en el que se recoge el proceso creativo del artista mientras pinta un membrillero del patio de su casa. En enero de 1993 fue nombrado miembro de número de la madrileña Real Academia de San Fernando y en ese mismo año, el Museo Reina Sofía le dedicó una exposición antológica.
En 2008, el Museo de Bellas Artes de Boston le dedicó una exposición monográfica. Además, su obra Madrid desde Torres Blancas alcanzó en una subasta de Christie's de Londres el 1.918.000£, la mayor cantidad pagada hasta ese momento por una obra de un artista español vivo.
En 2011 el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo de Bellas Artes de Bilbao le dedicaron sendas exposiciones temporales con obras de todas sus etapas, aunque mayoritariamente de su última producción.
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